sábado, 3 de abril de 2010

Fwd: Catequistas y Evangelizadores: Jesucristo portador del Agua de la Vida, Tema 4


El lugar de encuentro de los católicos en la red

Jesucristo portador del Agua de la Vida, Tema 4


Compartir:
| Imprimir | Enviar
| Comentar

Catequistas y Evangelizadores. Envío especial
Jesucristo portador del Agua de la Vida, Tema 4
En un ambiente cultural marcado por el relativismo religioso, es necesario alertar contra los intentos de situar la religiosidad de la Nueva Era al mismo nivel que la fe cristiana, haciendo que la diferencia entre fe y creencia parezca relativa
Autor: | Fuente: Vatican.va

Tema 4:
NUEVA ERA Y FE CRISTIANA FRENTE A FRENTE


Resulta difícil separar los elementos individuales de la religiosidad de la Nueva Era, por inocentes que puedan parecer, de la estructura general que penetra todo el mundo conceptual del movimiento Nueva Era. La naturaleza gnóstica de este movimiento exige que se lo juzgue en su totalidad. Desde el punto de vista de la fe cristiana, no es posible aislar algunos elementos de la religiosidad de la Nueva Era como aceptables por parte de los cristianos y rechazar otros. Puesto que el movimiento de la Nueva Era insiste tanto en la comunicación con la naturaleza, en el conocimiento cósmico de un bien universal -negando así los contenidos revelados de la fe cristiana-, no puede ser considerado como algo positivo o inocuo. En un ambiente cultural marcado por el relativismo religioso, es necesario alertar contra los intentos de situar la religiosidad de la Nueva Era al mismo nivel que la fe cristiana, haciendo que la diferencia entre fe y creencia parezca relativa y creando mayor confusión entre los desprevenidos. En este sentido, resulta útil a exhortación de San Pablo: « avisar a algunos que no enseñen doctrinas extrañas, ni se dediquen a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe » (1 Tim 1, 3-4). Algunas prácticas llevan erróneamente el marchamo Nueva Era, simplemente como estrategia de mercado para venderse mejor, sin que estén realmente asociadas a su cosmovisión. Lo cual únicamente crea mayor confusión. Es por ello necesario identificar con precisión los elementos que pertenecen al movimiento Nueva Era, que no pueden ser aceptados por quienes son fieles a Cristo y a su Iglesia.

Las siguientes preguntas pueden ser el modo más simple para evaluar algunos de los elementos centrales del pensamiento y de la práctica de la Nueva Era desde una perspectiva cristiana. El término Nueva Era se refiere a las ideas que circulan acerca de Dios, el hombre y el mundo, las personas con quienes pueden dialogar los cristianos en torno a temas religiosos, el material publicitario para grupos de meditación, terapias y demás, las declaraciones explícitas sobre la religión, etcétera. Algunas de estas preguntas aplicadas a personas e ideas que no lleven explícitamente la etiqueta Nueva Era pondrían de manifiesto otros vínculos, implícitos o inconscientes, con todo el ambiente Nueva Era.



• ¿Dios es un ser con quien mantenemos una relación, algo que se puede utilizar, o una fuerza que hay que dominar?

El concepto de Dios propio de la Nueva Era es un tanto vago, mientras que el concepto cristiano es muy claro. El Dios de la Nueva Era es una energía impersonal, en realidad una extensión o componente particular del cosmos; Dios en este sentido es la fuerza vital o alma del mundo. La divinidad se encuentra en cada ser, en una gradación que va « desde el cristal inferior del mundo mineral hasta e incluso más allá del mismo Dios Galáctico, del cual no podemos decir absolutamente nada, salvo que no es un hombre, sino una Gran Conciencia ».(65) En algunos escritos « clásicos » de la Nueva Era, está claro que los seres humanos deben considerarse a sí mismos como dioses, lo cual se desarrolla en unas personas más plenamente que en otras. Ya no hay que buscar a Dios más allá del mundo, sino en lo hondo de mi yo.(66) Incluso cuando « Dios » es algo exterior a mí, está ahí para ser manipulado.

Esto es muy diferente de la concepción cristiana de Dios, Creador del cielo y de la tierra y fuente de toda vida personal. Dios es en sí mismo personal, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y ha creado el universo a fin de compartir la comunión de su vida con las personas creadas. « Dios, que "habita una luz inaccesible", quiere comunicar su propia vida divina a los hombres libremente creados por él, para hacer de ellos, en su Hijo único, hijos adoptivos. Al revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer a los hombres capaces de responderle, de conocerle y de amarle más allá de lo que ellos serían capaces por sus propias fuerzas ».(67) Dios no se identifica con el principio vital entendido como el « Espíritu » o « energía básica » del cosmos, sino que es ese amor, absolutamente diferente del mundo, que está sin embargo presente en todo y conduce a los seres humanos a la salvación.



•¿Hay un único Jesucristo o existen miles de Cristos?

En la literatura de la Nueva Era Cristo es presentado con frecuencia como un sabio, un iniciado o un avatar entre muchos, mientras que en la tradición cristiana es el Hijo de Dios. He aquí algunos puntos comunes de los enfoques New Age:

- El Jesús histórico, personal e individual, es distinto del Cristo universal, eterno, impersonal;

- Jesús no es considerado el único Cristo;

- La muerte de Jesús en la Cruz, o bien se niega, o bien se reinterpreta para excluir la idea de que pudiera haber sufrido como Cristo;

- Los documentos extrabíblicos (como los evangelios neo-gnósticos) son considerados fuentes auténticas para el conocimiento de aspectos de la vida de Cristo que no se hallan en el canon de la Escritura. Otras revelaciones en torno a Cristo, proporcionadas por entidades, guías espirituales y maestros venerables o incluso por las Crónicas Akasha, son básicas para la cristología de la Nueva Era;

- Se aplica un tipo de exégesis esotérica a los textos bíblicos para purificar al cristianismo de la religión formal que impide el acceso a su esencia esotérica.68



En la tradición cristiana Jesucristo es el Jesús de Nazaret del que hablan los Evangelios, el hijo de María y Unigénito de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, revelación plena de la Verdad divina, único Salvador del mundo: « por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre ». (69)



• El ser humano: ¿existe un único ser universal o hay muchos individuos?

« El objetivo de las técnicas de la Nueva Era es reproducir los estados místicos a voluntad, como si fueran un asunto de material de laboratorio. El renacer, el biofeedback, el aislamiento sensorial, los mantras, el ayuno, la privación de sueño y la meditación trascendental, son intentos para controlar esos estados y experimentarlos continuamente ». (70 )Todas estas prácticas crean una atmósfera de debilidad (y vulnerabilidad) psíquica. Cuando el objeto del ejercicio consiste en reinventarnos a nosotros mismos, se plantea realmente la pregunta acerca de quién soy « yo ». El « Dios interior » y la unión holística con todo el cosmos subrayan esta pregunta. Las personalidades individuales aisladas serían patológicas para la Nueva Era (según su particular psicología transpersonal). Pero « el verdadero peligro es el paradigma holístico. La Nueva Era es un pensamiento basado sobre una unidad totalitaria y precisamente por eso es un peligro... ». (71) Con un tono más suave: « Somos auténticos cuando nos "hacemos cargo" de nosotros mismos, cuando nuestra opción y nuestras reacciones fluyen espontáneamente de nuestras necesidades más profundas, cuando nuestro comportamiento y nuestros sentimientos manifiestos reflejan nuestra plenitud personal ».(72) El Movimiento por el Potencial Humano es el ejemplo más claro de la convicción de que los seres humanos son divinos, o contienen una chispa divina dentro de sí mismos.



El enfoque cristiano procede de las enseñanzas de la Escritura respecto a la naturaleza humana. Hombres y mujeres han sido creados a imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 27) y Dios los trata con gran consideración, para sorpresa del salmista (cf. Ps 8). La persona humana es un misterio plenamente revelado sólo en Jesucristo (cf. GS 22), y de hecho se hace auténtica y adecuadamente humana en su relación con Cristo por medio del don del Espíritu. (73) Esto está muy lejos de la caricatura del antropocentrismo atribuido al Cristianismo y rechazado por muchos autores y seguidores de la Nueva Era.



• ¿Nos salvamos a nosotros mismos o la salvación es un don gratuito de Dios?

La clave estriba en descubrir qué o quién creemos que nos salva. ¿Nos salvamos a nosotros mismos por nuestras propias acciones, como suele ser el caso en las explicaciones de la Nueva Era, o nos salva el amor de Dios? Las palabras claves son realización de uno mismo, plenitud del yo y auto-redención. La Nueva Era es esencialmente pelagiana en su manera de entender la naturaleza humana. (74)



Para los cristianos, la salvación depende de la participación en la pasión, muerte y resurrección de Cristo, y de una relación personal directa con Dios, más que de una técnica cualquiera. La condición humana, afectada como está por el pecado original y por el pecado personal, sólo puede ser rectificada por la acción de Dios: el pecado es una ofensa contra Dios, y sólo Dios puede reconciliarnos consigo. En el plan salvífico divino, los seres humanos han sido salvados por Jesucristo, quien, como Dios y hombre, es el único mediador de la redención. En el cristianismo, la salvación no es una experiencia del yo, una inmersión meditativa e intuitiva dentro de uno mismo, sino mucho más: el perdón del pecado, el ser levantado desde las profundas ambivalencias del propio ser, el apaciguamiento de la naturaleza mediante el don de la comunión con un Dios amoroso. El camino hacia la salvación no se halla sencillamente en una transformación autoprovocada de la conciencia, sino en la liberación del pecado y de sus consecuencias, que conduce a luchar contra el pecado que hay en nosotros mismos y en la sociedad que nos rodea. Esto nos conduce necesariamente hacia una solidaridad amorosa con nuestros hermanos necesitados.



•¿Inventamos la verdad o la abrazamos?

La verdad para la Nueva Era tiene que ver con buenas vibraciones, correspondencias cósmicas, armonía y éxtasis, experiencias placenteras en general. Se trata de encontrar la propia verdad en función del bienestar. La valoración de la religión y de las cuestiones éticas obviamente está relacionada con las propias sensaciones y experiencias.



En la doctrina cristiana, Jesucristo se presenta como « el Camino, la Verdad y la Vida » (Jn 14, 6). A sus seguidores se les pide que abran su vida entera a él y a sus valores, en otras palabras, a un conjunto objetivo de exigencias que forman parte de una realidad objetiva asequible en definitiva por todos.



•La oración y la meditación: ¿hablamos con nosotros o con Dios?

La tendencia a confundir la psicología y la espiritualidad aconseja recalcar que muchas de las técnicas de meditación ahora en uso no son oración. A menudo son una buena preparación para la oración, y nada más, aun cuando conduzcan a un estado de placidez mental o de bienestar corporal. Las experiencias que se obtienen son realmente intensas, pero quedarse en ese plano es quedarse solo, sin estar todavía en presencia del Otro. Alcanzar el silencio puede enfrentarnos al vacío más que al silencio contemplativo del amado. También es cierto que las técnicas para profundizar en la propia alma son, en definitiva, una llamada a nuestra propia capacidad de alcanzar lo divino, o incluso a llegar a ser divinos. Si descuidan que es Dios quien va en búsqueda del corazón humano, no son oración cristiana. Aun cuando se considera como un vínculo con la Energía Universal, « esta "relación" fácil con Dios, donde la función de Dios se concibe como la satisfacción de todas nuestras necesidades, revela el egoísmo que hay en el corazón de la Nueva Era ».(75)



Las prácticas de la Nueva Era no son realmente oración, pues suelen tratarse de introspección o de fusión con la energía cósmica, en contraste con la doble orientación de la oración cristiana, que comprende la introspección pero que es, sobre todo, un encuentro con Dios. La mística cristiana, más que un mero esfuerzo humano, es esencialmente un diálogo que « implica una actitud de conversión, un éxodo del yo del hombre hacia el Tú de Dios ». (76) « El cristiano, también cuando está solo y ora en secreto, tiene la convicción de rezar siempre en unión con Cristo, en el Espíritu Santo, junto con todos los santos para el bien de la Iglesia ».(77)



• ¿Nos sentimos tentados a negar el pecado o aceptamos que exista tal cosa?

En la Nueva Era no existe un verdadero concepto de pecado, sino más bien el de conocimiento imperfecto. Lo que se necesita es iluminación, que puede alcanzarse mediante particulares técnicas psicofísicas. A quienes participan en actividades de la Nueva Era no les dirán qué tienen que creer, qué tienen que hacer o no hacer, sino: « Hay mil maneras de explorar la realidad interior. Ve adonde te conduzcan tu inteligencia y tu intuición. Confía en ti ». (78) La autoridad se ha trasladado de Dios al interior del yo. Para la Nueva Era, el problema más serio es la alienación respecto a la totalidad del cosmos, en lugar de un fracaso personal o pecado. El remedio consiste en lograr estar cada vez más inmerso en la totalidad del ser. En algunos escritos y prácticas de la Nueva Era, está claro que una sola vida no basta, por lo que tiene que haber reencarnaciones que permitan a las personas realizar su potencial pleno.



En la perspectiva cristiana, « la realidad del pecado, y más particularmente del pecado de los orígenes, sólo se esclarece a la luz de la Revelación divina. Sin el conocimiento que ésta nos da de Dios no se puede reconocer claramente el pecado, y se siente la tentación de explicarlo únicamente como un defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, un error, la consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada, etc. Sólo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutualmente ».(79) « El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana... ». (80) « El pecado es una ofensa a Dios... se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones... El pecado es así "amor de sí hasta el desprecio de Dios" ». (81)



• ¿Se nos anima a rechazar o a aceptar el sufrimiento y la muerte?

Algunos autores de la Nueva Era ven el sufrimiento como algo impuesto sobre el yo, como un mal karma (ver Glosario) o, al menos, como un fallo del dominio de nuestros propios recursos. Otros se centran en los métodos para alcanzar el éxito y la riqueza (e.g. Deepak Chopra, José Silva et al.). En la Nueva Era, la reencarnación se ve con frecuencia como un elemento necesario para el crecimiento espiritual, una etapa de la evolución espiritual progresiva que comenzó antes de que naciéramos y continuará después de que muramos. En nuestra vida presente, la experiencia de la muerte de otras personas provoca una crisis saludable.

Tanto la unidad cósmica como la reencarnación son irreconciliables con la creencia cristiana de que la persona humana es un ser único, que vive una sola vida de la que es plenamente responsable: este modo de entender la persona pone en cuestión tanto la responsabilidad personal como la libertad. Los cristianos saben que « en la cruz de Cristo no sólo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido. Cristo -sin culpa alguna propia- cargó sobre sí "el mal total del pecado". La experiencia de este mal determinó la medida incomparable de sufrimiento de Cristo que se convirtió en el precio de la redención... El Redentor ha sufrido en vez del hombre y por el hombre. Todo hombre tiene su participación en la redención. Cada uno está llamado también a participar en ese sufrimiento mediante el cual se ha llevado a cabo la redención. Está llamado a participar en ese sufrimiento por medio del cual todo sufrimiento humano ha sido también redimido. Llevando a efecto la redención mediante el sufrimiento, Cristo ha elevado juntamente el sufrimiento humano a nivel de redención. Consiguientemente, todo hombre, en su sufrimiento, puede hacerse también partícipe del sufrimiento redentor de Cristo ». (82)



• ¿Hay que eludir el compromiso social o hay que buscarlo positivamente?

Buena parte de lo que hay en la Nueva Era es una descarada autopromoción, pero algunas figuras relevantes del movimiento defienden que es injusto juzgar todo el movimiento por una minoría de personas egoístas, irracionales y narcisistas, o dejarse deslumbrar por algunas de sus prácticas más extravagantes, que son un obstáculo para ver en la Nueva Era una búsqueda espiritual y una espiritualidad auténticas. (83) La fusión de los individuos en el yo cósmico, la relativización o abolición de la diferencia y de la oposición en una armonía cósmica es inaceptable para el cristianismo.



Donde hay verdadero amor, tiene que haber un « otro », una persona, diferente. Un verdadero cristiano busca la unidad en la capacidad y en la libertad del otro para decir « sí » o « no » al don del amor. En el cristianismo, la unión se ve como comunión y la unidad como comunidad.



•Nuestro futuro, ¿está en las estrellas o hemos de ayudar a construirlo?

La Nueva Era que ahora está amaneciendo estará poblada por seres perfectos, andróginos, que estén al mando total de las leyes cósmicas de la naturaleza. En este escenario, el cristianismo tiene que ser eliminado y dejar paso a una religión global y a un nuevo orden mundial.



Los cristianos están en un estado de vigilancia constante, preparados para los últimos días, cuando vuelva Cristo. La Nueva Era de los cristianos comenzó hace dos mil años con Cristo, que no es otro que « Jesús de Nazaret; él es la Palabra de Dios hecha hombre para la salvación de todos ». Su Espíritu Santo está presente y activo en los corazones de los individuos, en « la sociedad y en la historia, en los pueblos, las culturas y las religiones ». En realidad, « el Espíritu del Padre, derramado abundantemente por el Hijo, es quien todo lo anima ». (84) Vivimos ya en los últimos tiempos.



Por un lado, está claro que muchas prácticas de la Nueva Era no plantean problemas doctrinales a quienes las realizan; pero, al mismo tiempo, es innegable que estas prácticas, aunque sólo sea indirectamente, comunican una mentalidad que puede influir en el pensamiento e inspirar una visión particular de la realidad. Ciertamente, la Nueva Era crea su propia atmósfera y puede resultar difícil distinguir entre cosas inocuas y cosas realmente objetables. Sin embargo, conviene darse cuenta de que la doctrina acerca de Cristo difundida en los círculos de la Nueva Era se inspira en las doctrinas teosóficas de Helena Blavatsky, la antroposofía de Rudolf Steiner y la « Escuela Arcana » de Alice Bailey. Sus seguidores contemporáneos no sólo promueven hoy las ideas de estos pensadores, sino que también trabajan con los adeptos de la Nueva Era para desarrollar una comprensión completamente nueva de la realidad, una doctrina conocida como « la verdad de la Nueva Era ». (85)


Notas

(65) Cf. Benjamín Creme, The Reappearance of Christ and the Masters of Wisdom, Londres (Tara Press) 1979, p. 116.

(66) Cf. Jean Vernette, Le New Age, París, (P.U.F.) 1992 (Collection Encyclopédique Que sais-je?), p. 14.

(67) Catecismo de la Iglesia Católica, 52.

(68) Cf. Alessandro Olivieri Pennesi,Il Cristo del New Age. Indagine Critica, Ciudad del Vaticano (Librería Editrice Vaticana) 1999, especialmente las páginas 13-34. La lista de puntos comunes está en la p. 33.

(69) Credo de Nicea-Constantinopla.

(70) Michel Lacroix, L´Ideologia della New Age, Milán (Il Saggiatore) 1998, p. 74.

(71) Ibid., p. 68.

(72) Edwin Schur, The Awareness Trap. Self-Absorption instead of Social Change, Nueva York (McGraw Hill) 1977, p. 68.

(73) Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 355-383.

(74) Cf. Paul Heelas, The New Age Movement. The Celebration of the Self and the Sacralization of Modernity, Oxford (Blackwell) 1996, p. 161.

(75) A Catholic Response to the New Age Phenomenon, Comisión Teológica Irlandesa 1994, capítulo 3.

(76) Congregación para la Doctrina de la Fe, Orationis Formas, 3.

(77) Ibid., 7.

(78) William Bloom, The New Age. An Anthology of Essential Writings, Londres (Rider) 1991, p. xvi.

(79) Catecismo de la Iglesia Católica, 387.

(80) Ibid., 1849.

(81) Ibid., 1850.

(82) Juan PabloII, Carta Apostólica Salvifici doloris sobre el sufrimiento humano (11 de febrero de 1984), 19.

(83) Cf. David Spangler, The New Age, op. cit., p. 28.

(84) Cf. Juan PabloII, Carta Encíclica Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990) 6, 28, y la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe Dominus Jesus (6 de agosto de 2000), 12.

(85) Cf. R. Rhodes, The Counterfeit Christ of the New Age Movement, Grand Rapids (Baker) 1990, p. 129.




Bibliografía



Documentos del Magisterio de la Iglesia Católica

Jesucristo portador del agua de la vida (vatican.va)

Juan Pablo II, Alocución a los Obispos Norteamericanos de Kansas, Missouri y Nebraska en su visita "ad limina", 28 de mayo de 1993.

Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana (Orationis Formas), Ciudad del Vaticano (Libreria Editrice Vaticana) 1989.

Comisión Teológica Internacional, Algunas cuestiones actuales de escatología,1992, n. 9-10 (sobre la reincarnación).

Comisión Teológica Internacional, Algunas cuestiones sobre la teología de la Redención,1995, I29 y II35-36.

Comité para la Cultura de la Conferencia Episcopal Argentina, Frente a una Nueva Era. Desafío a la pastoral en el horizonte de la Nueva Evangelización,1993.

Comisión Teológica Irlandesa, A New Age of the Spirit? A Catholic Response to the New Age Phenomenon, Dublín 1994.

Godfried Danneels, Au-delà de la mort: réincarnation et resurrection, Carta Pastoral, Pascua de 1991.

Godfried Danneels, Le Christ ou le Verseau? Carta Pastoral, Navidad 1990.

Carlo Maccari, « La ´mistica cosmica´ del New Age », en Religioni e Sette nel Mondo 1996/2.

Carlo Maccari, La New Age di fronte alla fede cristiana, Turín (LDC) 1994.

Edward Anthony McCarthy, The New Age Movement, Instrucción Pastoral, 1992.

Paul Poupard, Felicità e fede cristiana, Casale Monferrato (Ed. Piemme) 1992.

Joseph Ratzinger, Situación actual de la fe y la teología, Guadalajara, mayo de 1996, en L´Osservatore Romano (edición española) 1 de noviembre de 1996.

Norberto Rivera Carrera, Instrucción Pastoral sobre el New Age, 7 de enero de 1996.

Christoph von Schönborn, Risurrezione e reincarnazione, Casale Monferrato (Piemme) 1990.

J. Francis Stafford,Il movimento « New Age », en L´Osservatore Romano (edición italiana), 30 de octubre de 1992.

Grupo de Trabajo sobre Nuevos Movimientos Religiosos, Ciudad del Vaticano (ed.), Sectas y Nuevos Movimientos Religiosos. Antología de documentos de la Iglesia Católica, Santafé de Bogotá (CELAM) 1996.


Estudios cristianos

Michel Anglarès, Nouvel Age et Foi Chrétienne, Paris (Centurion) 1992. Trad. esp. Nueva Era y fe cristiana, Madrid 1994.

Raúl Berzosa Martínez, Nueva Era y Cristianismo. Entre el diálogo y la ruptura, Madrid (BAC) 1995.

André Fortin, Les Galeries du Nouvel Age: un chrétien s´y promène, Ottawa (Novalis) 1993.

Grupo de Trabajo Ecuménico « Neue Religiöse Bewegungen in der Schweiz », New Age - aus christlicher Sicht, Freiburg (Paulusverlag) 1987.

Claude Labrecque, Une religion américaine. Pistes de discernement chrétien sur les courants populaires du "Nouvel Age", Montréal (Médiaspaul) 1994.

The Methodist Faith and Order Committee, The New Age Movement Report to Conference 1994.

Aidan Nichols, « The New Age Movement », en The Month, March 1992, pp. 84-89.

Alessandro Olivieri Pennesi, Il Cristo del New Age. Indagine critica, Ciudad del Vaticano (Libreria Editrice Vaticana) 1999.

Mitch Pacwas.j., Catholics and the New Age. How Good People are being drawn into Jungian Psychology, the Enneagram and the New Age of Aquarius, Ann Arbor MI (Servant) 1992.

John Saliba, Christian Responses to the New Age Movement. A Critical Assessment, London (Chapman) 1999.

Josef SüdbrackSJ, Neue Religiosität - Herausforderung für die Christen, Mainz (Matthias-Grünewald-Verlag) 1987. Trad. esp.: La nueva religiosidad, Madrid 1990.

« Theologie für Laien », Secretariado, Faszination Esoterik, Zürich (Theologie für Laien) 1996.

David Toolan, Facing West from California´s Shores. A Jesuit´s Journey into New Age Consciousness, New York (Crossroad) 1987.

Juan Carlos Urrea Viera, « New Age ». Visión Histórico-Doctrinal y Principales Desafíos, Santafé de Bogotá (CELAM) 1996.

Jean Vernette, « L´avventura spirituale dei figli dell´Acquario », en Religioni e Sette nel Mondo 19962.

Jean Vernette, Jésus dans la nouvelle religiosité, Paris (Desclée) 1987.

Jean Vernette, Le New Age, Paris (P.U.F.) 1992.


BIBLIOGRAFÍA GENERAL


Algunos libros de la Nueva Era

WilliamBloom, The New Age. An Anthology of Essential Writings, London (Rider) 1991.

Fritjof Capra, The Tao of Physics: An Exploration of the Parallels between Modern Physics and Eastern Mysticism, Berkeley (Shambhala) 1975.

Fritjof Capra, The Turning Point: Science, Society and the Rising Culture, Toronto (Bantam) 1983.

Benjamin Creme, The Reappearance of Christ and the Masters of Wisdom, London (Tara Press) 1979.

Marilyn Ferguson, The Aquarian Conspiracy. Personal and Social Transformation in Our Time, Los Angeles (Tarcher) 1980. Trad. esp. La conspiración de Acuario. Transformaciones personales y sociales en este fin de siglo, Barcelona (Kairós) 1985.

Chris Griscom, Ecstasy is a New Frequency: Teachings of the Light Institute, New York (Simon & Schuster) 1987.

Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México (FCE) .

David Spangler, The New Age Vision, Forres (Findhorn Publications) 1980.

David Spangler, Revelation: The Birth of a New Age, San Francisco (Rainbow Bridge) 1976.

David Spangler, Towards a Planetary Vision, Forres (Findhorn Publications) 1977.

David Spangler, The New Age, Issaquah (The Morningtown Press) 1988.

David Spangler, The Rebirth of the Sacred, London (Gateway Books) 1988. Trad. esp. Emergencia. El renacimiento de lo sagrado, Barcelona 1991.



Obras históricas, descriptivas y analíticas

Christoph Bochinger, « New Age » und moderne Religion: Religionswissenschaftliche Untersuchungen, Gütersloh (Kaiser) 1994.

Bernard Franck, Lexique du Nouvel-Age, Limoges (Droguet-Ardant) 1993. Trad. Esp.: Diccionario de la Nueva Era, Estella (Verbo Divino) 1994.

Hans Gasper, Joachim Müllerand Friederike Valentin, Lexikon der Sekten, Sondergruppen und Weltanschauungen. Fakten, Hintergründe, Klärungen, edición actualizada, Freiburg-Basel-Vienna (Herder) 2000. Véase, entre otros, los artículos « New Age » por Christoph Schorsch,Karl R. Essmanny Medard Kehl,y « Reinkarnation » por Reinhard Hümmel.

Manuel Guerra Gomez, Diccionario enciclopédico de las Sectas, s.v. « Nueva Era », Madrid 1998, 617-632.

Manabu Hagay Robert J. Kisala(ed.), « The New Age in Japan », en Japanese Journal of Religious Studies, Otoño 1995, vol. 22, n. 3 y 4.

Wouter Hanegraaff, New Age Religion and Western Culture. Esotericism in the Mirror of Nature, Leiden-New York-Köln (Brill) 1996. Contiene abundante bibliografía.

Paul Heelas, The New Age Movement. The Celebration of the Self and the Sacralization of Modernity, Oxford (Blackwell) 1996.

Massimo Introvigne, New Age & Next Age, Casale Monferrato (Piemme) 2000.

Michel Lacroix, L´Ideologia della New Age, Milano (Il Saggiatore) 1998.

J. Gordon Melton, New Age Encyclopedia, Detroit (Gale Research Inc) 1990.

Elliot Miller, A Crash Course in the New Age, Eastbourne (Monarch) 1989.

Georges Minois, Histoire de l´athéisme, Paris (Fayard) 1998.

Arild Romarheim, The Aquarian Christ. Jesus Christ as Portrayed by New Religious Movements, Hong Kong (Good Tiding) 1992.

Hans-Jürgen Ruppert, Durchbruch zur Innenwelt. Spirituelle Impulse aus New Age und Esoterik in kritischer Beleuchtung, Stuttgart (Quell Verlag) 1988.

Edwin Schur, The Awareness Trap. Self-Absorption instead of Social Change, New York (McGraw Hill) 1977.

Rodney Starky William Sims Bainbridge, The Future of Religion. Secularisation, Revival and Cult Formation, Berkeley (University of California Press) 1985.

Steven Sutcliffey Marion Bowman(eds), Beyond the New Age. Exploring Alternative Spirituality, Edinburgh (Edinburgh University Press), 2000.

Charles Taylor, Sources of the Self. The Making of the Modern Identity, Cambridge (Cambridge University Press) 1989.

Charles Taylor, The Ethics of Authenticity, London (Harvard University Press) 1991.

Edênio Valles.v.d., « Psicologia e energias da mente: teorias alternativas », en A Igreja Católica diante do pluralismo religioso do Brasil (III). Estudos da CNBB n. 71, São Paulo (Paulus) 1994.

World Commission on Culture and Development, Our Creative Diversity. Report of the World Commission on Culture and Development, Paris (UNESCO) 1995.

M. York,« The New Age Movement in Great Britain », en Syzygy. Journal of Alternative Religion and Culture, 1:2-3 (1992) Stanford CA.






Comentarios y dudas sobre este artículo
Da un click

* ¿Dudas, inquietudes? Pregúntale a un experto

* ¿Te gustó nuestro servicio? Suscríbete a nuestro boletín mensual

* Compártelo con otros catequistas haciendo click aquí
Compartir:
| Imprimir | Enviar
| Comentar


Todos los servicios de Catholic.net son gratuitos. Necesitamos de tu ayuda para continuar anunciando el mensaje de Cristo a través de la Red.
Ayúdanos con tu donativo hoy mismo. Dios te lo recompensará.
DA CLICK AQUÍ PARA DONAR





Encuesta:





Catholic.net busca unir los esfuerzos de todos los católicos en la red, con el fin de dar una mayor visibilidad y promoción al trabajo evangelizador que realizan las diversas instituciones y realidades eclesiales en Internet, brindando además, servicios de alta calidad y contenidos fieles al Magisterio de la Iglesia. Si recibió este mensaje por error o desea cancelar su suscripción a este servicio, simplemente haga click aquí o reenvíe este mensaje a newsletters.@lists.catholic.net con asunto: unsubscribe y será removido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario